El trabajo lo ha publicado la revista Archives of Internal Medicine.
El estudio clave es uno que ha tomado datos de casi 39.000 mujeres a las que se preguntó por sus hábitos al respecto entre 1986 y 2004. Las encuestadas tenían entre 55 y 69 años al comienzo del periodo. Y la conclusión es que la tasa de mortalidad era superior entre las que tomaban ese tipo de productos. Concretamente, se vio esa relación con multivitaminas, vitamina B6, ácido fólico, hierro, cobre, cinc y magnesio. La ingesta de vitamina A, beta-carotenos y selenio no tenía un efecto significativo. Solo el calcio —tomado directamente y no como vitamina D, que ayuda a fijarlo— estaba relacionado con una disminución de la mortalidad.
Curiosamente, las mujeres que informaban de que tomaban estos suplementos eran las que, en el momento inicial, manifestaron que estaban en mejores condiciones de salud. Por eso que fuera ese grupo el que al final registrara las mayores tasas de mortalidad son una señal preocupante.
Lógicamente, se han tomado datos de mujeres sanas. La desnutrición está muchas veces asociada al aumento de la edad (en España, algunos informes calculan que hasta un 20% de los mayores no está bien alimentado), y en ese caso los suplementos están recomendados.
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